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Mostrando entradas de marzo, 2020

La gran pendeja en época de coronavirus

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La gran pendeja está de vuelta. Son las diez de la mañana, no hay nada abierto Juan. La gente a esta hora solo toma tintico, en ningún lugar venden alcohol. Esa es una cafetería. Bueno, pregunte qué viene con la botella de vino. Hay que aprovechar la promoción. Volví con una gripe espantosa y nadie me paró en el aeropuerto, no había ningún control. Ahí estaban mi mamá y mi hermano. El vinito, a los tiempos. Y él había ido a verme. Me fui con él, pero sabe Juan esta vez vine decidida a no dejarme ver la cara de pendeja. Allá tenía plata por montones, billetes que nunca habría imaginado ver en mi vida. Y me iba a unos sitios donde envían dinero a otros países y yo parada en la fila. Y hombres, los que quisiera Juan. Solo con un chasquido y los tenía ahí. Por eso cuando me invitaron a un bar elegante le escribí para preguntarle qué pido. No sabía qué pedir Juan. Bueno está el vinito. Y me deja en la casa. Y después de tres días me llama para vernos y me lleva a un lugar horrible,

La cocina de juan

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Tan poco vale la vida, le preguntó. Muy poco, respondi ó  ella. Eso fue todo, había llegado el tiempo del olvido. La venda en la cabeza me impedía olvidar ese botellazo que recibí antes de que se marchara por penúltima vez. Cuando pude recuperarme del impacto salí a la calle y corrí como un desesperado tratando de encontrar su rastro, con un hacha de carnicero metida en una bolsa; deseaba cortarle la cabeza. Cuando desperté estaba en un hospital, desmayado, con una sutura de cinco puntos en la cabeza. Una hora después llegaron dos policías y les conté sobre mi brusca separación de Marcela y mi deseo de no poner cargos en su contra. ¿Y el hacha? Preguntó uno de los agentes. ¡Ah! El hacha era un regalo que iba a devolver, respondí. Salí del hospital al día siguiente con una venda en la cabeza, sin el hacha, y regresé a casa. Por primera vez, en mucho tiempo, me sentí solo. Miraba las calles de la ciudad y un escalofrío recorrió mi espina dorsal. Tuve miedo, mucho miedo. Lo

Ella y él, el genocida de perros

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Cuando ella se fue vestida con un traje negro y unas bragas rosadas, él se fue. No quería saber nada. Estaba en la más absoluta depresión. Despídase carajo, le dijo ella mientras él leía a los cuatro dublineses tendido en una hamaca, con un whisky entre las manos. ¿Cómo juzgarlo superado si no lo hemos comprendido del todo?, había dicho Lacan de Freud. Por error le puso un mensaje y ella respondió. Volvió a casa casi a gatas y se tiró en la cama. Ni siquiera pudo llorar. Al día siguiente despertó y recordó que la ciudad tenía restricción vehicular. "Lo que sabemos es que nos ha hecho conocer cosas completamente nuevas, que no se habían siquiera imaginado antes de él: de los problemas del inconsciente a la importancia de la sexualidad, del acceso a lo simbólico a la sujeción a las leyes del lenguaje", había dicho Lacan. Su bronca personal con Freud, el amor odio, amorodio, como diría Borges. Cuando bajó a su cuarto estaba dormida. Tiene que ser ahora, le dijo é

El ron de la madrugada

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Ella estaba ahí con un traje blanco y no miraba a nadie. Parecía esperar algo, algo sin sentido con una copa de Jagger en la mano. No deseaba mirar a nadie. Después de mucho tiempo le preguntó por qué no miraba a nadie. ¿Quién es nadie?, le dijo. Polifemo, respondió. Y habló de Joyce y del Ulises. Su sueño era mirarse en un espejo. Nunca supo por qué. Quería irse, ver otros países, otros lugares. Pero todo le daba miedo. Menos la soledad. ¿Con qué parte del cuerpo jugaban pelota los indios tainos?, le preguntó. No me gusta calle 13, le dijo. A veces te veo y pienso en una luz, en esa razón que alumbra la vida de las personas, en una rosa así de roja como las que crecen en mi rosal. Nunca he pensado en enamorarme. Pero veo tus razones para no creer en las personas, para irte. Tus ojos son de Circe, la hija de Helios, el sol, y Perseis, una oceánide, una hechicera que convertía en animales a quienes la ofendían. A veces te veo y veo una violeta arropada con el rocío de la lluvia. N