Entradas

Mostrando entradas de abril, 2020

Montañita

Imagen
Por alguna extraña razón esa mañana había estado escuchado una vieja canción de Roberto Carlos, esa de  Qué será de tí , pero en la versión de Thalía. Era solo por buscar otra cosa; me había dejado estupefacto un pequeño libro que había leído la noche anterior, algo sobre el rostro y Rembrandt, sobre el retrato, sobre la razón de los retratos. Era de Jean-Luc Nancy, La mirada del retrato . Y con esa melodía fui a la cocina a buscar huevos, tocineta, un tomate verde todavía y unos croissants que había preparado la noche anterior. La cocina siempre ha sido mi receta contra el estrés. Sobre todo hacer esos pastelitos con forma de medialuna curva que es parte de una tradición árabe milenaria, relacionada con el tchareke de Argelia o el kaab el ghzal de Marruecos. La medialuna es un emblema del antiguo Imperio otomano y el croissant provendría de una adaptación vienesa de ese símbolo. Según la leyenda, en 1683 los soldados otomanos al mando de Kara Mustafá, levantaron un cerco

El sendero de la clandestinidad

Imagen
  La desolación nunca fue tan infinita. Pensó que la había olvidado hasta que sonó el teléfono. Volvía al país después de años de andar por el mundo como alma errante. La abogada de grandes corporaciones que desayunaba en Milán, almorzaba en Madrid y si se le antojaba cenaba en Berlín. La última vez que se vieron le dijo que necesitaba a alguien con quién avanzar; mirar el futuro en el torbellino de los  commodities  y los bonos basura. Esa noche quedó estacionado en el tiempo frente a una botella de Old Parr, sentado en el bar de un hotel. Ella seguía hablando de Wall Street, de los osos que hibernan entre cinco y seis meses al año, cuando sus latidos del corazón bajan de los 84 latidos por minuto a los 19 latidos por minuto. Necesitaba ese tiempo de hibernación, de paz para pensar si debía seguir con el corredor de Bolsa al que había conocido en una reunión de diplomáticos. <<Uno también construye lo que le ocurre, lo invoca. La fatalidad unida a su destino>>, dij

El silencio de los culpables

Imagen
A veces te recuerdo. No sé por qué me alejé de ti. Nunca entendimos el concepto de la fidelidad. ¿Qué significa la fidelidad?, ¿qué esperamos de la persona a quien amamos?, se preguntaba Philip Roth, tal vez. Ya todos los libros me resultan difusos, al igual que sus historias. Mark Twain está en Faulkner; Faulkner, en Joyce; Joyce, en las whiskerías, y en ese in trovo altare dei, y en esas whiskerías yo. Te recuerdo ahí sobre la cama cuando me violaste. Yo te había repetido mil veces que no me gustaba el sexo anal y me obligaste a hacerlo, porque supongo era tu forma de declararme tu fidelidad. Si tus exnovios te obligaban a hacerlo yo debía tener ese mismo privilegio. Me sentí violado. Fue la primera vez que me emborraché en mucho tiempo. Para qué reclamar fidelidad. La fidelidad siempre ha sido un grado extremo de la egolatría, del egoísmo y de la vanidad, como la mayoría de las cosas y de los deseos de los seres humanos. En vano pensamos que el fin último de la fidelidad es qu

Ione en tiempos de coronavirus

Imagen
Reúno estas cuatro palabras para cuatro personas, alguien más puede cazarlas al vuelo,  oh mundo, lo siento por ti, no conoces a esas cuatro personas. Ezra Pound <<Sé que me acusan de soberbia, y tal vez de misantropía, y tal vez de locura. Tales acusaciones son irrisorias. Es verdad que no salgo de mi casa, pero también es verdad que sus puertas (cuyo número es infinito) están abiertas día y noche a los hombres y también a los animales. Que entre el que quiera. No hallará pompas mujeriles aquí ni el bizarro aparato de los palacios, pero sí la quietud y la soledad. Asimismo hallará una casa como no hay otra en la faz de la tierra>>.  Juan, hablas pura paja, dijo ella mientras apuraba un ron con coca cola. No lo escribí yo, fue Borges, dijo él sentado en el sofá. A su ron nunca le ponía coca cola por eso del daño que hacen las bebidas azucaradas. Ella todavía usaba grinder para  moler los cogollos del cannabis . Tenía tanta calle y le faltaba calle. Ni siquie

Los golpes en la puerta

Imagen
Cuando un hombre llega a un sitio en donde ya no le queda nada que merezca la pena gastar o perder siempre vuelve a casa . Después de leer esa cita de Faulkner, Ernesto cerró el libro. Tenía miedo y pereza y así era imposible continuar leyendo. Se levantó, sacudió su saco, comprado en un almacén chino, y salió a la calle. Bajó hasta la plaza de la Independencia y se sentó a fumar un cigarrillo en una de las bancas, el último del día y el primero de la noche. Oscurecía. A su lado estaba un hombre de unos 40 años, con la barba de una semana. Por alguna extraña razón pensó que si no hacía algo radical en ese momento, pronto él sería el hombre sin afeitarse. Tiró al piso la colilla del cigarrillo y caminó de regreso a casa. Entró por la puerta de la lavandería, pasó la cocina y se detuvo frente al comedor. En la mesa todavía estaba la botella de whisky que había dejado semivacía la noche anterior. Fue al dormitorio, Marcela aún no llegaba; sacó una maleta donde guardó su ropa y a