El teatro



-         Y te vas a suicidar.

-         Sí.

-         ¿Por qué?

-         Ya he hecho todo lo que debía hacer. Esto es lo último que hago, un reconocimiento a las personas que me hicieron lo que soy y no soy. No me interesa la melancólica verdad de Mr. Hutton. El Oso Teddy de Aldous Huxley, el de El mundo feliz. Lo que yo quiero saber, dijo ella al Oso Teddy que añoraba la Toscana, es si esto está bien; si está bien que yo esté aquí contigo y que nos queramos y que me den sacudidas eléctricas cuando me tocas. Y eso fue quedando atrás en la historia de Huxley. Esas cosas extrañas que añora antes de ir a la cárcel por un crimen no cometido.

-         Por el que te acusó Gladys.

-         No, solo me dijo ladrón. Pero luego hubo muchos más, de muchas acusaciones de muchas otras personas que ni siquiera había llegado a conocer. Es complicado ser fiel contigo mismo. También se intentó incriminarme por la muerte de Malena. Esa noche tenía la necesidad de huir y manejé como desesperado. En el matrimonio de Rocío. Necesitaba una expurgación. Tal vez esa noche debí desviar el volante. No veía nada al frente. Nada. Solo corría. Necesitaba correr.

-         ¿Y por qué no lo hiciste?

-         Tal vez porque estaba enamorado. Tú habías desaparecido.


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